La semana pasada se publicaron datos de consumo en Estados Unidos, observándose una ligera desaceleración de los mismos. Con todo, apuntan a un consumo manteniendo el buen dinamismo. Así en términos de la confianza del consumidor de Michigan, indicador de referencia para la Fed, el consumo privado estadounidense registraría en el tercer trimestre tasas interanuales superiores al 3,0% (2,7% interanual en el segundo trimestre). Dibujo menos positivo señalan las ventas al por menor: 2,6%.
En este sentido, la Fed viene mostrándose más optimista en cuanto al consumo privado a pesar de reconocer la desaceleración del mismo. Tal comportamiento lo describe de temporal, destacando entonces los favorables fundamentos para el consumo privado. Uno de ellos es la evolución del empleo, con un coeficiente de correlación del 71%. Como se observa en el gráfico, hay momentos de descorrelación entre ambos factores.
El menor consumo coincide, en los últimos episodios de descorrelación, con una recuperación de la tasa de ahorro. Así, a finales del pasado año se observa una notable caída de la tasa de ahorro, coincidiendo con la victoria de D. Trump y su esperado plan fiscal. Esta tendencia se ha revertido en 2017, con una tasa de ahorro recuperándose. Esta llegó a reducirse en diciembre del pasado año hasta el 3,2% de la renta disponible. En el último dato disponible, del mes de julio, se eleva al 3,5%.
Por tanto, y en línea con lo defendido por la Fed, pese al menor dinamismo observado, el contexto permite confiar en un repunte del mismo en los próximos meses
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