El idioma, cada vez más importante para hacer negocios en China
He pasado por épocas de todo tipo en relación con el estudio del chino. Es bastante cíclico y hay que perseverar años. Además, suele decirse, y seguramente es cierto, que al empezar con un cerebro más añejo resulta complicado.
No hace mucho hubiera afirmado que no es imprescindible tener un nivel alto de chino para integrarse bien y “hacer negocios” en China, pero recientemente tuve la oportunidad de acudir al último SES en Shanghai, la conferencia sobre Internet itinerante que reúne a muchos actores del sector. En ella hay, como en muchas otras en Shanghai, un buen número de extranjeros y se ofrecía traducción simultánea. Hablamos, por lo general, de un perfil de extranjero por debajo de los 40 (incluso, de los 35) y en muchos casos se trata de personas que se orientaron profesionalmente a china desde muy jóvenes.
La traducción simultánea prácticamente no la utilizaba nadie. Ni chinos, ni extranjeros. Esa es la realidad estadística que se veía en las mesas donde apenas 20 de los más de 200 asistentes habían cogido el aparato en cuestión. El 10% aproximadamente. Sorprendido, estuve un rato comentándolo con la empresa de traducción simultánea encargada del evento. Comentaron que era porque los extranjeros presentes eran, por lo general, gente relativamente joven y afincada en China.
Las tertulias de trastienda durante el evento se daban en chino y en inglés con un alto nivel de integración por las dos partes. Por un lado, en este ambiente una mayoría de chinos hablan inglés (aunque algunos empiezan incluso a descuidarlo por verlo prescindible), y, lo que resulta novedoso e impactante incluso viviendo aquí, cada vez muchos más extranjeros se manejan bien en chino. Por no mencionar, obviamente, los casos de hijos de la inmigración o la mezcla.
¿Qué implica esto? Implica que, en la práctica, hay perfiles en el mercado de personas bilingües en lo idiomático e integradas en ambas culturas al mismo tiempo. El mercado, a veces, iguala al alza y genera presiones e incentivos. Los que no son producto de la inmigración o la mezcla y viven aquí, están sometidos a una presión competitiva si es que no tienen ya una afición genuina para dedicarse con constancia al estudio del idioma. De forma que quien no es capaz, acaba quedándose fuera y se hace muy patente en este tipo de ocasiones. Si pueden tratar con alguien que habla su idioma, los chinos tenderán, de forma natural, a tener más relaciones con ellos.
A sabiendas de que muchas personas no coinciden con esta opinión, me parece insostenible a medio plazo el intentar hacer negocios en china sin dominar el idioma. Hasta ahora, ha sido viable, pero el paisaje y la dinámica competitiva están cambiando. También el progreso es rápido, y como contrapeso la tecnología de traducción simultánea escrita e incluso oral puede hacer prescindible el estudio del idioma. Se dirá que empresas inmensas de dueños que no han pisado China lo hacen muy bien aquí. Es cierto. Lo primero que hacen es, precisamente, dotarse de los perfiles mencionados más arriba.
Últimos comentarios